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domingo, 20 de marzo de 2011

Anatomia 6semestre

Las zonas del gusto en la lengua
En la lengua está el sentido del gusto. La lengua está recubierta por papilas gustativas que nos permiten diferenciar los distintos tipos de sabores. En la lengua se distinguen cuatro zonas que se corresponden con los sabores básicos. En la punta de la lengua está la zona que capta el sabor dulce, en la parte de atrás, el amargo, y a los lados, el agrio y el salado.

Las partes de la boca
La boca está cerrada por delante por los labios. En el suelo de la boca se encuentra la lengua y el techo de la boca está formado por el paladar.

Las glándulas salivares
La comida es triturada por los dientes (digestión mecánica) y por las enzimas secretadas por las tres glándulas salivares que aparecen en la ilustración (digestión química).
EL SENTIDO DEL GUSTO
Si miras tu lengua delante de un espejo observarás unas pequeñas elevaciones, son las papilas gustativas. En las papilas gustativas está el sentido del gusto. Gracias a este sentido somos capaces de diferenciar los distintos tipos de sabores. Cuando un alimento llega a la boca y se mezcla con la saliva, las papilas envían la información del sabor al cerebro.
Existen cuatro sabores básicos, el dulce, el salado, el agrio y el amargo. En las distintas zonas de la lengua se capta un sabor diferente. Así, en la punta de la lengua están las papilas del sabor dulce y muy cercanas las papilas del sabor salado; en los lados se sitúan las papilas del sabor agrio y en la zona de atrás las del sabor amargo. El sentido del gusto está muy relacionado con el olfato.


Partes del oído
El oído humano está dividido en tres partes: el oído externo, el oído medio y el oído interno. El oído externo está formado por la oreja y el conducto auditivo externo. El tímpano separa el oído externo del oído medio. El oído medio es una cavidad llena de aire en cuyo interior hay unos huesos diminutos que vibran cuando las ondas sonoras los atraviesan. Estos huesos ayudan a transmitir el sonido hacia el oído interno. En el oído interno está el caracol, que lleva las ondas sonoras al cerebro, y los conductos semicirculares, que te ayudan a mantener el equilibrio.

Audífono
El audífono es un pequeño aparato que se coloca en el oído y amplifica el sonido. Este aparato ayuda a las personas con problemas de audición a oír mejor.






El lenguaje de los signos
En el lenguaje de los signos, las letras del alfabeto se forman colocando las manos en diferentes posiciones. Este lenguaje es reconocido con facilidad por una persona sorda, sobre todo si se acompaña de gestos que significan palabras o ideas. De esta manera pueden conversar.








EL SONIDO
Si te fijas, cuando se toca la cuerda de una guitarra, esta se mueve hacia un lado y hacia otro, es decir vibra. En este caso, el sonido se produce por vibraciones que pasan al aire en forma de ondas sonoras. El sonido viaja a través del aire.
El sonido también viaja a través de los líquidos, como el agua ¡Cuando buceas también escuchas sonidos!, o a través de sólidos, como la madera o la tierra, ¡los indios se apoyaban en el suelo para escuchar el ruido del galope de caballos!
Por lo general, el sonido se mueve a mayor velocidad en los líquidos y en los sólidos que en los gases. Para poder escuchar un sonido, el oído debe recoger las ondas sonoras. Después de recorrer el oído, las ondas sonoras llegan en forma de “señales” al cerebro. Finalmente, el cerebro interpreta estas señales y escuchamos el sonido, es decir, se produce la audición.
Además, tus oídos son capaces de distinguir muchos tipos de sonidos con diferentes características, como agudos o graves, fuertes o débiles.
LAS PARTES DEL OÍDO
El oído es uno de los órganos de los sentidos. Mírate a un espejo. ¿Qué puedes ver de tus oídos? La mayor parte del oído no se ve a simple vista. Está dentro de la cabeza, en el cráneo.
Mira la ilustración. El oído está como en una cueva profunda formada por hueso que está dividida en tres zonas. La que está más cerca del exterior se llama oído externo. La que está en la mitad, oído medio. La que está en la zona más profunda, oído interno.
El oído externo.
El oído externo es la única parte del oído que podemos ver. Está formado por la oreja y un conducto estrecho, el conducto auditivo externo. La oreja tiene esta forma para poder recoger mejor las ondas sonoras. El conducto auditivo externo está recubierto por piel y protegido por pelos y cera. El fondo del conducto está cerrado por una membrana, el tímpano. ¡Aquí empieza el oído medio!
El oído medio.
El oído medio está dentro de una pequeña cavidad excavada en los huesos del cráneo. En el oído medio está el tímpano conectado a tres huesecillos (martillo, yunque y estribo).
El tímpano es una membrana que separa el oído externo del oído medio. El tímpano vibra igual que lo hace la piel de un tambor. Apoyado sobre el tímpano empieza una hilera de tres huesecillos que se articulan unos con otros. El nombre de cada uno de estos huesos se debe a su forma.
Así, con forma de martillo y apoyado sobre el tímpano está el martillo. El martillo se articula con otro hueso pequeño, el yunque. ¿Has visto en alguna película de la época medieval como daban forma a las espadas golpeándolas con un martillo sobre un bloque de hierro? Este bloque de hierro era un yunque. El yunque se articula con otro hueso muy pequeño, el estribo. ¡Seguro que también has visto como los caballeros subían al caballo apoyando el pie en una pieza de metal que colgaba de la silla! Esta pieza es un estribo.
A continuación del estribo hay otra membrana muy fina que separa el oído medio del oído interno. Esta membrana tapa la ventana oval, que es la entrada al oído interno.
El oído interno.
El oído interno está formado por dos partes: los conductos semicirculares y una estructura con forma de caracol.
El caracol contiene líquido. Dentro del caracol hay células que captan las vibraciones y las convierten en señales que se envían por un nervio, el nervio acústico, al cerebro. El cerebro interpreta estas señales y tú puedes escuchar el sonido.
En el oído interno también están los conductos semicirculares. Estos no participan en la audición. Están relacionados con el equilibrio. Estos conductos están también llenos de líquido y envían información de nuestra posición (tumbado, de pie) al cerebelo.








Partes del ojo
El ojo es el órgano que nos permite ver. La córnea, el iris, la pupila y el cristalino enfocan los rayos de luz procedentes de un objeto sobre la retina para formar una imagen. A continuación, la retina envía esta imagen al cerebro.








Músculos del ojo
Los músculos permiten que el ojo se mueva.






Catarata
Las cataratas suelen aparecer en personas mayores. El cristalino pierde su transparencia y no deja pasar la luz. Las cataratas pueden corregirse mediante cirugía. El cristalino se sustituye por una lente artificial y la persona recupera la visión.

















La vista
 Te permite descubrir formas, colores, decir cuál es la posición, el tamaño o la distancia a la que está un objeto. Gracias a los ojos puedes ver la televisión, leer o navegar por Internet. Los órganos de la vista son los ojos. Los ojos trabajan junto con tu cerebro para formar las imágenes.
Si te miras al espejo, solo verás una pequeña parte de tus ojos. ¡Los ojos son mucho más grandes! Tu ojo se parece a un globo de color blanco. Este globo se llama globo ocular y está dentro de una especie de cueva formada por huesos que se llama órbita. Los bordes de la órbita protegen al ojo de los golpes. El ojo se sostiene dentro de la órbita gracias a seis músculos que le van a permitir moverse en muchas direcciones. El globo ocular por dentro no está vacío, está lleno de una sustancia transparente parecida a la gelatina, el humor vítreo. El humor vítreo da a tu ojo su forma.
En el centro de tus ojos hay un punto muy oscuro, las pupilas. La pupila es un pequeño agujero que permite que la luz llegue al interior del ojo.
Alrededor de la pupila puedes ver una zona coloreada, el iris. El color de tus ojos se debe al iris. El iris tiene fibras musculares que se estiran o se contraen para abrir o cerrar la pupila. De esta manera, el iris deja entrar más o menos cantidad de luz dentro del ojo.
Detrás de la pupila y del iris existe una lente transparente, como un cristal. Esta lente se llama cristalino. El cristalino sirve para enfocar, es decir dirigir los rayos de la luz, sobre la retina.
Además de estas estructuras que están en la parte anterior del ojo, la cubierta que forma el globo ocular está formada por tres capas. La capa más externa protege y recubre todo el ojo y es una capa fibrosa de color blanco. Esta capa se llama esclerótica. La zona blanca que ves en tu ojo es solo una pequeña parte de la esclerótica. Esta se hace transparente al recubrir la pupila y el iris y entonces recibe el nombre de córnea.
Por debajo de la esclerótica hay una segunda capa que tiene muchos vasos sanguíneos, la coroides, y por dentro de esta una tercera capa, la retina. La retina está formada a su vez por varias capas de células y funciona como una pantalla sobre la que se proyectan las imágenes. Los rayos de luz se concentran sobre todo en la parte central de la retina donde está la zona de visión más nítida. En la retina están los conos y los bastones que son células que captan la luz. La visión de los colores depende de los conos ¿Sabías que en cada ojo hay unos 6 millones de conos y 120 millones de bastones? Los conos y los bastones transforman los rayos de la luz en señales eléctricas. Los conos y los bastones se unen con células nerviosas que van a formar el nervio óptico. Desde la retina de cada ojo sale un nervio óptico, que es el encargado de llevar estas señales a una zona especial de tu cerebro donde se forman las imágenes definitivas.
¿CÓMO ESTÁN PROTEGIDOS TUS OJOS?
Ya hemos dicho que tus ojos están protegidos por los huesos que forman la órbita. Además, la parte de esclerótica que se ve del ojo está protegida por una membrana delgada y transparente, la conjuntiva, que al llegar a la córnea se une a ella. La conjuntiva también recubre y protege la parte interna de los párpados. Alrededor de los ojos existen también otras estructuras que los protegen, las cejas, los párpados y las pestañas.
Hay dos párpados, uno arriba y otro abajo. Los párpados se cierran sobre los ojos como si fueran dos persianas y los protegen de la luz y de todo aquello que como el polvo puede dañarlos. Las pestañas son pelos que están en los bordes de los párpados. Cuando los párpados están abiertos, las pestañas protegen al ojo evitando que entre en él polvo u otras partículas. Las cejas son una zona de pelos que están por encima de los párpados y que evitan que el sudor o el agua de la lluvia entren en los ojos.
¿CÓMO VEMOS?
La luz atraviesa la córnea, la pupila y llega al cristalino. El cristalino es una lente que sirve para enfocar, y por esta razón se aplana o se abomba para captar bien las imágenes. El cristalino proyecta una imagen del objeto que estamos viendo sobre la retina, como si esta fuera una pantalla de cine ¡Pero, la imagen está al revés! Pues sí, la imagen se proyecta sobre la retina invertida, es decir, lo de arriba se ve abajo y lo de abajo arriba. El cerebro será el encargado de darle la vuelta. En la retina esta imagen se convierte en señales eléctricas y a través del nervio óptico estas señales se envían a una zona especial del cerebro.
¿QUÉ SON LAS LÁGRIMAS?
Seguro que alguna vez has llorado y te has fijado en ese líquido un poco salado parecido al agua que llamamos lágrimas. Pero, ¿sabes de dónde proceden? ¿Sabías que a tus ojos llega continuamente una pequeña cantidad de lágrimas?
Fuera del ojo, en la parte externa y superior hay unas glándulas donde se fabrican las lágrimas que se llaman glándulas lagrimales. Cada vez que parpadeas, las lágrimas bañan la parte del ojo que ves (la conjuntiva y la córnea) y salen del ojo por su parte inferior. Si te fijas en el borde de los párpados, en la zona donde estos se unen cerca de la nariz, hay dos puntos, uno arriba y otro abajo. Estos puntos son la entrada a unos conductos. Las lágrimas que han bañado el ojo entran en estos conductos y se recogen en una especie de saco, el saco lagrimal. Desde este saco las lágrimas llegan por otro conducto a la nariz. Las lágrimas humedecen y limpian los ojos y los defienden contra las infecciones de algunos microorganismos.
EL OJO BIZCO Y EL OJO MIOPE
Seguro que alguna vez has visto un niño con un parche en el ojo. El ojo “bizco” se produce cuando uno de los ojos se desvía de su posición normal respecto al otro, es decir, los dos ojos no se coordinan bien y no están alineados. Esto se llama estrabismo; a veces se corrige tapando el ojo sano y otras veces mediante cirugía.
¿Colocas los libros o cuadernos muy cerca para ver mejor las letras? ¿No ves bien la pizarra? ¿Guiñas los ojos para ver mejor? Puede que seas miope. Cuando tienes miopía ves borrosos los objetos que están lejos. La mayoría de los casos de miopía se deben a que el globo ocular es demasiado grande. Al ser más grande, la distancia entre el cristalino y la retina también es mayor, y por esta razón la imagen se enfoca por delante de la retina. Esta es la causa de que la imagen sea borrosa. El ojo, igual que el resto de tu cuerpo, también crece. Al crecer el ojo también puede aumentar la miopía. Alrededor de los 25 años la miopía no suele aumentar más. ¡Gracias a las lentes de contacto, las gafas y a veces la cirugía, los miopes pueden tener una visión normal!
¿POR QUÉ ALGUNAS PERSONAS NO PUEDEN VER?
Hay personas que por diferentes causas tienen defectos en los ojos o en el cerebro y no pueden ver. La ceguera puede estar presente desde el nacimiento o aparecer después como consecuencia de una enfermedad o un accidente. Las personas ciegas aprenden a leer con un sistema que se llama Braille. El sistema Braille consiste en una serie de puntos con relieve que forman un alfabeto y que se toca con los dedos. Aunque sin la vista es más complicado y supone un gran esfuerzo, las personas ciegas también estudian y trabajan. Los demás debemos ayudar a hacer su vida más fácil.
¿QUÉ LE OCURRE A MIS OJOS?
Los ojos, igual que el resto de nuestro cuerpo, pueden enfermar. Las enfermedades pueden afectar solo a los ojos o también al mismo tiempo a otras partes del cuerpo.
Las conjuntivitis son bastante frecuentes. La conjuntivitis es una inflamación de la conjuntiva del ojo que se debe a una alergia, o a una infección producida por bacterias o virus. El ojo se enrojece, puede escocer o tener legañas y la luz puede ser muy molesta.
¿Has oído hablar a tus abuelos de las cataratas? Con el tiempo, el cristalino deja de ser transparente y no deja pasar bien la luz para formar las imágenes. A la gente muy mayor se la opera de cataratas, el cristalino se cambia por una lente artificial y la persona recupera la visión
¿CÓMO PODEMOS CUIDAR NUESTROS OJOS?
Cuidar tus ojos es muy importante. Los ojos deben estar limpios, ¡no debes frotarlos con las manos sucias! Si un ojo está lleno de legañas puede tener una infección y esta se puede pasar al otro ojo con mucha facilidad. En estos casos debes evitar secarte los dos ojos con la misma toalla o tocar el ojo sano después de tocar el enfermo.
Cuando lees o estudias es muy importante que la luz sea adecuada y que esté situada de manera que las sombras no te molesten. ¡Tus ojos también necesitan descansar! No olvides que no debes pasar demasiado tiempo delante del ordenador o de la televisión.
Si usas lentillas (lentes de contacto) debes ser muy cuidadoso con la higiene y seguir las recomendaciones que te han dado para limpiarlas y manipularlas ¡Son tus ojos los que van a sufrir tus olvidos! El uso descuidado de las lentes de contacto puede dañar tus ojos.
Los ojos se deben proteger con gafas de los rayos del Sol o cuando se realiza un trabajo que puede ser peligroso para ellos.
También es recomendable que visites de vez en cuando al médico que se ocupa de cuidar tus ojos, el oftalmólogo. Él examinará tu visión y podrá decirte si necesitas gafas o no.














Partes de la nariz
Tu nariz te ayuda a respirar y a oler. El aire entra en la nariz a través de los orificios nasales y pasa a las fosas nasales. Las fosas nasales están recubiertas por la mucosa nasal. En esta mucosa hay una zona especial, la región olfatoria, donde están las células nerviosas olfatorias. Estas células recogen información sobre los olores y la llevan al cerebro a través del nervio olfatorio. Después, el aire abandona la nariz, atraviesa la parte posterior de la boca y se dirige hacia los pulmones.



Olfato
Si palpas tu nariz de arriba a abajo con los dedos notarás que la parte de arriba es más dura, estás tocando los huesos nasales. El resto de la nariz es más blanda, está formada por cartílago. ¡Pero la nariz no es solo lo que vemos por fuera!
Tu nariz tiene dos agujeros, los orificios nasales. Seguro que alguna vez has hurgado con el dedo en la nariz y has comprobado como estos orificios se continúan hacia dentro con dos cavidades. Estas cavidades se llaman fosas nasales. Las fosas nasales están separadas por una pared, el tabique nasal.
La nariz se comunica por detrás con la boca. El fondo de cada cavidad no está cerrado y se continúa con otra cavidad, la nasofaringe. La nasofaringe se une hacia abajo con la orofaringe, en la parte de atrás de la boca.
¿Sabías que tu nariz produce cada día alrededor de medio litro de líquido? Mientras que la zona de los orificios nasales está cubierta de piel con pelos, las fosas nasales están recubiertas por una mucosa de color rojizo, la mucosa nasal. La mucosa nasal tiene células y glándulas que fabrican moco. El moco es empujado hacia atrás, hacia la nasofaringe, por las células de la mucosa.
En la zona del techo de las cavidades nasales hay una mucosa especial, más gruesa, de color amarillento. Esta zona de la mucosa nasal se llama región olfatoria. En la región olfatoria existen unas células, las células olfatorias, que son capaces de captar los olores. La mucosa de la región olfatoria es el órgano del olfato.
LA RESPIRACIÓN
Por la nariz entra y sale el aire que respiras. El aire entra por los orificios nasales y las partículas que flotan en él, como el polvo, quedan atrapadas entre el pelo de la zona de los orificios nasales y el moco de las cavidades. La nariz calienta, humedece y limpia el aire que llega a los pulmones.
EL OLFATO
¿Cuántas veces has adivinado lo que había para comer solo con olerlo? Gracias al sentido del olfato somos capaces de distinguir un gran número de olores. El órgano del olfato está en las células olfatorias de la región olfatoria de la mucosa de la nariz. Desde aquí se envía información al cerebro sobre los olores por el nervio olfatorio. Las células olfatorias no son iguales, cada una percibe un olor básico determinado. El sentido del olfato está muy relacionado con el del gusto.
El olfato es muy importante, no solo te permite disfrutar de los olores agradables sino que también te advierte de la presencia de un posible peligro. El olor de un alimento en mal estado, de un escape de gas o del fuego puede ayudarte.
¿QUÉ LE OCURRE A MI NARIZ?
¡Seguro que alguna vez has sufrido un catarro! Tu nariz se llena de mocos, te cuesta más respirar y estornudas. Estos procesos catarrales son frecuentes y suelen deberse a infecciones producidas por virus. A veces, estos síntomas se deben a una alergia. Otras veces, forman parte de enfermedades que afectan a todo tu cuerpo, como la gripe. En algunas personas el sentido del olfato está alterado; la ausencia de olfato se llama anosmia.


















Estructura de la piel
No todos tenemos el mismo color de piel
Tacto

Cierra los ojos y palpa con tus manos todo lo que está a tu alrededor. A través de la piel nos relacionamos con el mundo exterior. ¡A veces no nos damos cuenta de la gran cantidad de información que recibimos a través de la piel!
La piel es una cubierta que separa el interior de tu cuerpo del exterior; actúa como una barrera. Esta barrera te protege de pequeños golpes o de los microorganismos y las sustancias que pueden dañar tu organismo. La piel te defiende.
Aunque es una barrera, la piel te permite relacionarte con el mundo que te rodea. La piel te permite recibir sensaciones: decir si algo está frío o caliente, si un objeto es liso o rugoso o si sientes dolor cuando te haces daño.
La piel ayuda también a mantener la temperatura de tu cuerpo. En la piel hay muchos vasos sanguíneos. Si tu cuerpo necesita perder calor estos vasos sanguíneos se dilatan, la cantidad de sangre que llega es mayor y el calor se pierde con facilidad a través de la piel. Por el contrario, si tu cuerpo necesita conservar su calor los vasos sanguíneos se estrechan, el volumen de sangre que llega es mucho menor y se desprende menos calor. ¡Cuando sudas también pierdes calor! Las glándulas del sudor que están en la piel eliminan calor y algunas sustancias perjudiciales.
En la piel se produce también vitamina D. Esta vitamina se forma con ayuda de la luz del Sol. La vitamina D es muy importante para que tus huesos reciban el calcio de los alimentos y se fortalezcan.
Cada color de piel es distinto. En la piel existen unas células que producen una sustancia que se llama melanina. Según la cantidad de melanina de tu piel tu color será más pálido o más oscuro. Cuanta más cantidad de melanina tengas, más oscuro será el color de tu piel. Esta cantidad depende de la exposición al Sol y sobre todo de la herencia.
¿DE QUE ESTÁ FORMADA LA PIEL?
Todo tu cuerpo, desde la punta de tus pies hasta tu cabeza, está recubierto por piel. Observa ahora el dibujo de un corte de la piel y verás dos zonas diferentes, dos capas, una encima de otra. La capa de arriba está en contacto con el aire, es la más externa y se llama epidermis. Debajo está la dermis, una capa más interna que está en contacto con el interior de tu cuerpo.
¿Sabías que el simple roce de tu piel con la ropa desprende un número asombroso de células? La epidermis está formada por varias capas de células. Abajo en la primera fila, en contacto con la dermis hay una capa de células que están vivas y que se multiplican sin parar. Según vamos hacia arriba las células cada vez son más delgadas y más duras y al final mueren y se desprenden de la piel. Al desprenderse arrastran los gérmenes y limpian la piel.
¿Te has fijado alguna vez que si arañas con suavidad la piel no sangra? Pues bien, esto se debe a que a la epidermis no llegan los vasos sanguíneos. Algunas zonas de la epidermis forman las uñas. En la epidermis existen también las células que producen melanina, la sustancia que da color a tu piel.
¡La dermis, es un poco más complicada! Aquí sí llegan vasos sanguíneos y terminan muchos nervios que transmiten sensaciones al cerebro. En la dermis existen distintos tipos de terminaciones nerviosas que llamamos receptores sensoriales. Unos receptores reciben información sobre la temperatura, otros sobre el dolor y otros nos permiten distinguir la textura de los objetos. En la dermis están también las glándulas del sudor y las glándulas sebáceas. Las glándulas del sudor salen al exterior por unos orificios que llamamos poros. Las glándulas sebáceas producen grasa que proporcionan humedad y elasticidad a tu piel.
¿Pero dónde está el pelo? La epidermis se mete dentro de la dermis para formar un saco donde está la raíz del pelo.
¿QUÉ LE OCURRE A MI PIEL?
La piel está expuesta a muchos agentes externos como el Sol, los gérmenes o sustancias dañinas. Puede sufrir quemaduras, cortes, irritarse, padecer infecciones por bacterias, virus u hongos, o estar afectada por enfermedades que afectan a todo el cuerpo.
¿Quién no ha visto alguna vez una verruga o un papiloma? Las dos son un ejemplo de infección de la piel por un virus. ¿Has oído alguna vez hablar del pie de atleta? Es una infección por hongos que aparece a veces al andar descalzo en suelos mojados, como los de las piscinas. En las alergias, la piel se irrita al estar en contacto con algunos tejidos o materiales. Otras alergias aparecen a causa de algunos alimentos o medicinas. En algunas enfermedades generales, como la varicela o el sarampión, aparecen en la piel manchas o pequeños granitos.
¡Podemos hacer muchas cosas por nuestra piel! La higiene, el uso de cremas y ropas adecuadas para protegernos del Sol o secarnos bien después de bañarnos son medidas sencillas que ayudan a cuidar nuestra piel.


Aparato reproductor masculino
EL APARATO REPRODUCTOR MASCULINO
En el aparato reproductor masculino se diferencian varias partes que están comunicadas entre sí: los testículos, el epidídimo, los conductos deferentes, las vesículas seminales, la próstata, la uretra y el pene.
  • Los testículos tienen forma redondeada y están situados en la parte externa del abdomen. En su interior hay cientos de tubos muy pequeños o túbulos. A partir de la pubertad, dentro de estos túbulos, se forman las células sexuales masculinas o espermatozoides. Los testículos cuelgan por debajo del pene, dentro de una bolsa de piel que se llama escroto.
  • El epidídimo es un tubo que está enrollado encima de cada uno de los testículos, donde se almacenan los espermatozoides que proceden de los testículos.
  • Los conductos deferentes son dos tubos que unen el epidídimo con la uretra. A través de estos conductos los espermatozoides llegan desde el epidídimo hasta al pene.
  • Las vesículas seminales se comunican con los conductos deferentes. Tienen forma de saco y están encima de la próstata. Producen un líquido que protege y nutre a los espermatozoides.
  • La próstata es una glándula que también produce un fluido para proteger a los espermatozoides. Su forma se compara con la de una castaña. La próstata está situada debajo de la vejiga de la orina.
  • La uretra es un pequeño tubo. Sale de la vejiga, atraviesa la próstata y recorre todo el pene. Por la uretra salen los espermatozoides y los líquidos producidos por la próstata y las vesículas seminales. La uretra también forma parte del aparato excretor y, por esta razón, por ella se expulsa también la orina.
  • El pene es un órgano alargado que está encima de los testículos. Por su interior atraviesa la uretra. Está formado por unas estructuras parecidas a esponjas, que son capaces de llenarse de sangre. Cuando esto ocurre, el pene aumenta de tamaño y se pone rígido; es lo que se llama erección. El extremo del pene es más ancho y se conoce como glande; esta parte está recubierta por el prepucio, que es como un capuchón de piel.
EL APARATO REPRODUCTOR MADURA
Entre los diez y los catorce años, en las niñas, y entre los once y los dieciséis años, en los niños, empieza el proceso de crecimiento y maduración del aparato reproductor, lo que significa que se comienza su capacidad de reproducción.



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